¡Ojalá los jóvenes apreciasen el elevado destino al cual son llamados! Examinad bien el sendero que siguen vuestros pies. Empezad vuestra obra con elevado y santo propósito y determinad que, por el poder y la gracia de Dios, no os apartaréis de la senda de la rectitud. Si empezáis a ir en dirección equivocada, cada paso estará lleno de peligro y desastre, y seguiréis desviándoos del camino de la verdad, la seguridad y el éxito. Necesitáis que el poder divino fortalezca vuestro intelecto y avive vuestras energías morales.
0 Responses
Publicar un comentario
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)